martes, 11 de enero de 2011

El forense declaró que habría clasificado la muerte del astro del pop como homicidio incluso si el cantante se hubiera inyectado a sí mismo


El forense que realizó la autopsia de Michael Jackson declaró el martes que habría clasificado la muerte del astro del pop como homicidio incluso si el cantante se hubiera inyectado a sí mismo la dosis fatal de propofol.

Christopher Rogers, jefe de medicina forense de la oficina forense del condado de Los Angeles, fue interrogado por un abogado del doctor Conrad Murray, acusado de haberle ocasionado la muerte a Jackson administrándole una dosis letal del poderoso anestésico propofol y otros sedantes y de no proveerle el cuidado adecuado.

El abogado J. Michael Flanagan sugirió que Jackson pudo haberse tragado la droga, que se supone debe administrarse de manera intravenosa. Aunque Rogers dijo que eso era poco probable, señaló que no habría hecho diferencia en sus hallazgos debido al cuidado inadecuado de Murray.

La pregunta de Flanagan fue la primera revelación de cómo la defensa planea enfrentar el cargo de homicidio involuntario contra Murray. El abogado insinuó que Jackson pudo haberse inyectado propofol a sí mismo mientras Murray estaba fuera de la habitación.

La declaración se produjo durante una audiencia preliminar de varios días luego de la cual el juez del Tribunal Superior Michael Pastor tendrá que decidir si existe suficiente evidencia como para enjuiciar a Murray.

Murray se ha declarado inocente. Sus abogados sostienen que no le dio a Jackson nada que haya podido causarle la muerte.

En la corte, Flanagan presentó un gráfico mostrando los niveles de fármacos en la sangre de Jackson al momento de la autopsia.

Flanagan le preguntó a Rogers: "Si la ingestión (de propofol) es por el difunto (y) llevó a estos niveles en la sangre, ¿no sería homicidio?"

"Creo que todavía sería homicidio", respondió Rogers.

Al preguntarle por qué, el testigo dijo: "Basado en la calidad del cuidado médico, seguiría llamándolo homicidio aun si el doctor no le administró el propofol al señor Jackson".

Rogers resaltó que el propofol no debió siquiera estar presente en la habitación, pues sólo debe administrarse en ambientes hospitalarios. "Si hubo propofol allí, el médico debió haberse preparado para las consecuencias".

Rogers declaró que Jackson tenía el corazón fuerte y que estaba en general sano.

"El cuidado fue de calidad inferior", señaló Rogers. "Hubo varias acciones que debieron haberse tomado".

Añadió que Murray estaba usando propofol inadecuadamente para tratar al músico por insomnio y que el acusado cometió un grave error al dejar a Jackson solo bajo los efectos del analgésico momentos antes de su muerte.

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