La Navidad está aquí de nuevo; es una época para consentir a tus seres queridos, intercambiar regalos y, por su puesto, disfrutar de los tradicionales platillos. Aunque muchos de nosotros disfrutamos saborear nuestros platillos navideños favoritos, solemos sentirnos culpables posteriormente por comer de más y hacer de nuestra dieta de reducción de peso un propósito para el próximo año.
¡No renuncies a los platillos navideños!
Pero no hay necesidad de renunciar a ninguno de nuestros platillos navideños predilectos. Existen formas fáciles de corregir ligeramente las recetas tradicionales sin comprometer el sabor de nuestros platillos navideños consentidos.
La buena noticia es que no será una Navidad libre de grasas, con buffet de ensaladas y verduras crudas exclusivamente. A pesar de una percepción negativa muy difundida, la grasa no es mala; de hecho, nuestro cuerpo la necesita para funcionar adecuadamente. La grasa ayuda al cuerpo a transportar y absorber vitaminas importantes (A, D, E y K) y contribuye a mantener saludable el cabello y la piel. El consumo diario de grasa debe representar hasta el 30% de la energía diaria consumida.
Por lo tanto, resulta clave integrar grasas adecuadas en su nutrición. Intenta reducir el consumo de grasas “malas” y remplácelas con grasas “buenas”. Las grasas esenciales son grasas “buenas” y se encuentran principalmente en aceites vegetales (como aceite de canola, linaza o girasol) y productos hechos a base de éstos, como la margarina. Son una alternativa más saludable a las grasas “malas” (saturadas), principalmente de origen animal, tales como la mantequilla o la manteca.
Las grasas son buenas para la salud
Mientras las grasas “malas” pueden afectar negativamente el nivel de colesterol, las grasas esenciales “buenas” tienen el efecto contrario.
Las grasas esenciales tienen un efecto positivo en el equilibrio del colesterol en la sangre y ayudan a mantener la salud cardiovascular. Esto reduce el riesgo de tener enfermedad cardiaca coronaria y apoplejía. Asimismo, contribuyen con el proceso de crecimiento y renovación de las células corporales y desempeñan un papel importante en asegurar un desarrollo cerebral y mental normal.
Es importante notar que las grasas esenciales no las produce el cuerpo, por lo tanto debemos consumirlas a través de los alimentos que tomamos. En las etiquetas de los alimentos, puedes encontrar estas grasas “buenas” enlistadas como grasas poliinsaturadas.
Cambios que harán que tus comidas navideñas sean más saludables
* Usa aceites vegetales en vez de mantequilla o manteca para cocinar.
* Elimina la grasa de la carne antes de cocinarla.
*Considera freír con aceites vegetales o margarina en vez de con mantequilla o manteca.
*Prefiere productos lácteos bajos en grasa, tales como queso reducido en grasa, yogurt y leche descremados o semidescremados.
*Unta margarina suave en vez de mantequilla. La margarina está hecha de aceite vegetal y es una excelente y deliciosa forma de agregar grasas esenciales y valiosas a tu dieta.
Al aplicar estas pequeñas variaciones, puedes agregar más grasas “buenas” y reducir el consumo de grasas “malas” en tus platillos tradicionales, haciendo de la Navidad una época no sólo feliz sino también más saludable.
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