Whitney Houston, la reina negra del pop de los 80 y los 90, murió este sábado a los 48 años. La cantante fue encontrada sin vida por uno de sus colaboradores en la bañera de su habitación en un hotel de Beverly Hills.
La diva con un historial turbulento de abusos de drogas describió sus tormentos públicamente. "El gran demonio está en mí. Soy o mi mejor amigo o mi peor enemigo", dijo en una entrevista a la ABC en 2002.
Houston estaba el sábado en el hotel Beverly Hilton preparándose para una fiesta antes de los premios Grammy que organizaba Clive Davis, el magnate musical. Él fue quien descubrió a Whitney mientras cantaba con su madre en un club de New Jersey.
La policía de Beverly Hills confirmó que el servicio de emergencias acudió a la llamada del hotel y encontró el cuerpo de Houston en la habitación sobre las tres y media de la tarde hora de California (las doce y media de la noche en la Península). Los médicos trataron de reanimarla durante unos 20 minutos sin éxito. La policía asegura que el cuerpo no presentaba signos de violencia, aunque aún investiga la causa de la muerte.
Según ha publicado la página web TMZ.com, no se habrían encontrado drogas ilegales ni alcohol en la habitación de la cantante, pero sí recetas de fármacos y cajas de píldoras, si bien la policía permanece registrando la estancia. Además, sus fuentes apuntan a que Houston habría muerto probablemente ahogada, algo que dictaminará la autopsia. También revela este medio que a Bobbi Kristina, la hija de Houston, no se le habría permitido por ahora ver el cadáver de su madre.
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